Por estos días, el movimiento social que busca reivindicar los derechos de las mujeres mantiene las agendas noticiosas copadas en el mundo occidental. Sin embargo, aunque sabemos que los temas de equidad de género no son nada nuevo, me produce una gran satisfacción ver a esta nueva generación de mujeres creando conciencia social para generar un verdadero cambio cultural.
En el pasado, las mujeres que elegían formar una familia y continuar ejerciendo su profesión se enfrentaban a grandes desafíos, principalmente por los prejuicios sociales. Muchas optamos por compatibilizar ambos roles, viviendo una situación de doble responsabilidad – hogar/trabajo – lo que en aquella época era cuestionado por el mercado laboral y difícil de sobrellevar.
Por supuesto, había excepciones, y a nivel ejecutivo, personalmente debo señalar que accedí a la gerencia de una importante compañía del área de servicios estando embarazada de pocas semanas hace 30 años atrás, representando un doble desafío tanto para mí como para el empleador, pero mi carrera siguió adelante. Y lo más importante, el deseo de integrar un proyecto de familia a un proyecto laboral.
Hoy en día, la inserción de la mujer al mundo laboral es aceptada y ampliamente valorada, sin embargo, aún persisten algunas barreras culturales debido a que las pautas no se han modificado y los roles femeninos y masculinos en nuestra sociedad siguen marcados.
Por ejemplo, hoy en día tenemos un mercado laboral muy segmentado horizontalmente, que concentra a las mujeres en un conjunto reducido de ocupaciones que se definen como típicamente femeninas: profesoras, enfermeras, secretarias, vendedoras de comercio, comunicadoras, etc.
Si bien las nuevas generaciones van poco a poco cambiando el paradigma, optando por carreras menos tradicionales y conquistando nuevos espacios, es fundamental que el sector privado colabore instalando buenas prácticas laborales que permitan mejorar la incorporación y desarrollo de carrera de las mujeres, a través de acciones que permitan la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal. La flexibilidad de la jornada laboral, el homeworking – para apoyar las labores propias de la maternidad – y un plan de carrera son algunas de las opciones que pueden colaborar con el desarrollo y la incorporación más equitativa de la mujer al mundo laboral.
Desde MarketCross contribuimos a la igualdad de género en todas las posiciones de la estructura. La selección de nuestros colaboradores se realiza sobre la base de las habilidades para el puesto, pero fundamentalmente se valoriza el compromiso profesional más allá del género. Asimismo, facilitamos la continuidad de la carrera laboral y profesional de aquellas mujeres (y también hombres) que optan en su vida personal por una familia compuesta por uno o más hijos. En estos casos, la flexibilidad es la clave y hoy la infraestructura tecnológica nos permite estar conectados desde cualquier lugar y en el momento que lo necesitemos.
Personalmente, abogo por una sociedad en la que las personas seamos iguales, buscando complementarnos, con relaciones respetuosas, felices, de calidad y de buen trato cualquiera sea el género. Pero también necesitamos seguir trabajando desde todos los medios que tenemos a disposición para que las mujeres, en cualquier ámbito y situación, puedan elegir y decidir libremente su camino en la vida laboral y personal.